martes, 1 de diciembre de 2009

Ché Caín, sos un hijo de...Eva, dijo Abel

Che Caín, sos un hijo de…Eva, dijo Abel.

Adán Rivarola de Panadería Fabrizio había perdido a una antigua novia llamada Eva. María Esther su actual esposa, le hizo saber que el horno no estaba para “bollos” y como si fuera la protagonista de la novela de Isabel Allende -Eva Luna- le contó historias fantásticas, ficcionales, como si el panadero fuera Humberto Naranjo. Si no apelamos a la creatividad como al amor, estamos en el horno. Esteban Peicovich, le preguntó a Borges ¿hacia donde cree usted que va el hombre? ¿Hacia Abel o hacia Caín?- Me parece que estos días ha llegado Caín. Ya no necesita ir -Respondió-
Estamos saliendo de una gran sequía, como en tiempos de la “tierra maldita” donde el conflicto entre el labrador y el pastor adquirió ribetes dramáticos. Manuel Vicent: escribe que “gracias a este crimen metafórico la economía dio un gran paso adelante y comenzó a evolucionar” Ve a Caín como un factor progresista con sentido de la historia, dispuesto a producir -a muerte- un cambio en el valle.
Otra mirada habla de prefiguración. Anticipa la pasión de Cristo, como revela San Agustín “El justo Abel es asesinado por su hermano y el señor por los judíos”.
Esta dupla antagónica y suplementaria, es como Agua y Energía, como el Gordo y el Flaco, como Porcel y Olmedo, como Ortega y Gasset o Ramón y Cajal. Como Mario y José. Como Libertad y Esperanza. Binomios imposibles de escindir, es como disociar Perón de Evita. Abel Posse en una charla en la Feria del libro de Bs. As en la Sociedad Rural nos habló del confesor, el Padre Benítez y de la “presidente” la que defendía el “feminismo con trapos de Dior” y que odiaba a los oligarcas. Acá algunos gorilas arrastraron por las calles de Bº Escuela el busto de Evita, que puso los pelos de punta a los peronistas vernáculos y que la “Eva negra” nunca olvidó aquella afrenta., tampoco la Eva Ortiz, ni la María Eva la hija del zapatero o la madre de E.Gaiazzi.
Porqué será que Caín como Eva tiene mala prensa. El registro Civil Nacional no autoriza el nombre Caín, un hombre no solo desterrado por “envidioso” “iracundo” sino con el estigma de impotencia sexual, en tiempos del No-Viagra “tan alargada es mi perversión para levantarla” lamentaba. Con Eva pasa algo similar. Lo muestra la excelente película La Caída de Hirschbiegel donde la esposa de Hitler, Eva Braun muere en el Bunker y Goebbels envenena a sus 6 hijos, mientras el Furher acaricia la perra Blondie y la mata con cianuro, ya había envenenado de odio a la humanidad.
Joaquín Sabina se pregunta ¿Quién es Abel, quien es Caín? Yo, soy yo dice Abel Pintos y canta, que para eso “Ha Nacido”
José Saramago el del Evangelio Según Jesucristo, acaba de lanzar su última novela –Caín- con gran revuelo, donde aborda este fratricidio. Acabo de leer el último libro de Carlos Fuentes -Adán en Edén- donde narra la vida de los “Set” De los setenta, setecientos millones de hermanos descendientes, moradores en villas miserias, chabolas, callampas. Hábitat de las victimas de las políticas de Adán Gorozpe el que pegó el braguetazo con la hija del rey del Bizcocho, una suerte de Ricardo Fort de Tinelli y Adán Góngora defensor de la “seguridad” como el Fino Palacios de Mauricio Macri, que no son muy PRO-gresistas y buscan un candidato “Imposible” para seguir corrompiendo a la sociedad.
Parafraseando a Mark Twain, podríamos hacer un “Diario de Adán y Eva” como China Zorrilla y Andrés Perciavalle donde la voz de Dios era del Negro Lavie, o la nueva versión actuada por Miguel Ángel Solá y su esposa Blanca Oteyza en España.
Una de las pinturas que más me conmueve, es la Creación de Miguel Ángel, donde un dedo insufla vida a Adán. El arte logra maravillas, o como dice aquel libro que mi viejo tenía en su biblioteca: Volviendo a Matusalén de Bernard Shaw, donde le hace decir a la serpiente: Sueño con cosas que no existen y me pregunto ¿porqué no?
Rómulo y Remo ni hablan, pero Caín y Abel, sostienen que madre hay una sola. Eva se hace la distraída, mira su ombligo inexistente o mira aquel cuadro de Rúbens que le preanuncia su desesperación. Abel Domínguez y Abel Bossa leen curiosos esta crónica.
Cronopios, como Adán Buenos Ayres de Leopoldo Marechal, nos pararemos frente al Cristo de la Mano Rota que no es el dio del teclado, el de la mano de oro, el Abel “Polaco” Bemanilovich, y digamos “extravié los caminos y en ellos me demoré” Anhelemos un Paraíso donde los hermanos no se hagan daño y tengan padres justos. Viene Noche Buena. Eva ya no esta, solo queda la luna, nuestra imaginación o la fe.