miércoles, 18 de noviembre de 2009

Che marmota, esta noche "No te Durmai"

Che marmota, esta noche “No te Durmai” por mario Trecek para Semanario Tribuna


Hace días fue “Noche de Brujas” La noche en que regresan los muertos vivos -¿Te nombro algunos políticos? suerte de zombis, que cuando la gente dice “que se vayan todos” ellos no-. Pero quiero contarte que en esa tarde de miedo, aparecieron en el estudio de LV26 tres hermanos “Luciérnagas” con solo una careta como atuendo Halloween, amenazando: Dulces o Travesuras. Tan extraña la frase, como aculturada, ya que nosotros decimos caramelos y a cambio de travesuras los chicos dirían “quilombo”. Pregunté ¿Por qué festejan? Con lógica brutal Leandro contestó: porque todos lo hacen. Es decir que de la noche a la mañana nuestros chicos cambian la fogata de San Juan por el rentable festejo nórdico, donde siempre se hace algo a cambio de rentabilidad.
Me acordé de Novalis y sus poemas románticos: el Himno a la Noche. Respiré y me asomé a la ventana para ver una luna, que nada se parecía a esa llamarada naranjo rojiza de la película de Leonardo Favio. Remake del Romance del Aniceto y la Francisca de 1966 cuando Onganía daba el golpe, pero antes reprimiría a los estudiantes universitarios. Fue La Noche de los Bastones Largos. En esta última versión Hernán Piquín, pelea como en una riña de gallos por la Francisca y Lucía, mientras se escucha “La Noche Triste” de Di Sarli, o el tango lujoso de “Canaro en París” Faltó como telón de fondo aquel cuadro de Van Gogh “Noche Estrellada sobre el Ródano” que dibujó tres meses antes de suicidarse.
Hablando de Hernán y de autoflagelarse. Reflexionemos por qué algunos riotercerenses deciden despojarse de su mayor fortuna: la vida. Como aquel 30 junio de 1520 (Conocida como Noche Triste) cuando Hernán Cortes abandona Tenochtitlan cargado de oro robado a Moctezuma. Acosados por los guerreros aztecas arrojan el oro. Otros se inmolan por unas monedas, tuvieron que arrastrarse por el barro, entre vísceras y sangre de sus compañeros camino hacia Tacuba, así cuenta Arturo Pérez Reverte en su micro relato “Ojos Azules”.
Dicen que de noche todos los gatos son pardos y es así, porque en la década de los 70 en “Quala” me sentía John Travolta con su “Fiebre de Sábado por la noche” pedía un “destornillador” y era como si me convirtiera en Toni Manero. También bailaba algún lento como “Qué profundo es tu amor”. Los Bee Gees eran como para mis viejos “Una noche de ronda” de Agustín Lara: “Luna que se quiebra/ sobre la tiniebla de mi soledad” que no es “La Ronda de la noche” pintura de Rembrant donde los protagonistas son militares, como fue en la Noche de los Lápices del 16 de Septiembre de 1976 en la Plata.
Uds saben que los artistas que participan en el “Río Tercero No Durmaí” pasan la noche en vela, pero no en blanco. Hablando de blanco y de negro, el Dr.Erick Jolicoeur me dijo: ¿Sabes cuál es el colmo de un oftalmólogo? No pegar un ojo en toda la noche. Pichón Riviere, en su libro “Psicología de la vida cotidiana” relaciona la noche y la creación: “Es la noche que produce el descenso de los aparatos más vigiladores, más represores, más inhibidores” allí aparece para los noctámbulos la inspiración, “los ratones” “los fantasmas” y los murciélagos como Batman, que en El caballero de la noche (The dark knight) dirigida por Christopher Nolan se pone posmoderno. El villano no es tan villano y el héroe está en crisis. Se muestra el malestar civilizatorio.
Como conductor de Cronopios, versión radial, me parezco a Gabriel Noone, locutor de “Voces en la Noche” protagonizada por Robim Willams. Apenas comenzada la “peli” hay una mujer de espaldas –igual al cuadro de René Magritte: El vestido de la noche- escuchando el programa con una radio despertador. Trata de la vida, de la muerte y de relatos por radio.
Como Zherezade en la Las mil y una noches, los cuentos sirven para sobrevivir. La derrota de la muerte siempre es parcial, ella se las arregla para alcanzarnos. Con el arte le arrancamos una noche más a la vida, para cantar con Cafrune, con los “Chalcha” o Los Nocheros, la bellísima zamba de Jaime Dávalos: La Nochera.
Cronopios, los artistas queremos “Un sueño de noche de verano” como Shakespeare y no una mañana de pesadilla como la del 95. Queremos soñar despiertos.
Por eso, no seas marmota. No Te Durmai.